Compromiso en el hogar y dinámica en la oferta de trabajo de las familias

Last Updated: junio 15, 2024By

Por Alexandros Theloudis, Jorge Velilla, Pierre-André Chiappori, Ignacio Giménez-Nadal, José Alberto Molina

 

La medida en que los cónyuges se comprometen con el matrimonio para toda la vida tiene implicaciones importantes. Por un lado, se necesitan grandes cantidades de compromiso para invertir en activos comunes, para producir bienes domésticos de manera eficiente y para compartir el riesgo entre los miembros del hogar. Por otro lado, los límites al compromiso suelen inducir inversiones en activos privados, evitar que los cónyuges abusen económicamente uno del otro, y ofrecen una forma para acabar con un matrimonio desfavorable.

La capacidad de los cónyuges para comprometerse también se relaciona con los efectos a largo plazo de las políticas públicas que se dirigen al hogar. Por ejemplo, considérese una transferencia de efectivo a las mujeres, una política popular que tiene como objetivo aliviar la pobreza y empoderar a las mujeres.[1] La política fracasará en empoderar a las mujeres en algunos casos y, por lo tanto, tendrá un impacto limitado en el comportamiento. En otros casos empoderará a las mujeres solo temporalmente, mientras dure la política, mientras que en otros casos inducirá cambios duraderos en el comportamiento del hogar.

En nuestro artículo Commitment and the Dynamics of Household Labor Supply (Theloudis et al., 2024), evaluamos el grado de compromiso entre los cónyuges. En la primera parte de este texto, resumimos los fundamentos teóricos de nuestra evaluación; en la segunda parte, describimos los resultados de su implementación empírica en hogares de Estados Unidos durante las últimas dos décadas, empleando datos provenientes del Panel Study of Income Dynamics.

Comportamiento de las familias y evaluación del compromiso intrafamiliar

Estudiamos el compromiso intrafamiliar e intertemporal a través de un modelo colectivo de oferta laboral y consumo de los cónyuges en un marco de ciclo de vida.[2]  Específicamente, caracterizamos el comportamiento óptimo de los hogares en los tres regímenes alternativos de compromiso que coexisten en la literatura: compromiso total, compromiso limitado y ausencia de compromiso. Estos tres regímenes son los prominentes en la literatura sobre comportamiento familiar, y también en contextos más amplios en los campos de Desarrollo, Macroeconomía y Economía Laboral.[3]

De acuerdo con el modelo de compromiso total, los cónyuges al casarse llegan a un acuerdo que determina totalmente las futuras asignaciones de recursos intrafamiliares entre ellos, sin importar posibles shocks imprevistos que, por tanto, no puedan afectar al poder de negociación intrafamiliar. En otras palabras, los cónyuges negocian un contrato que disciplina sus acciones futuras.[4] En el modelo de compromiso limitado, por otro lado, los cónyuges se comprometen con un plan similar, pero solo hasta el punto en que algún evento inesperado reduzca el bienestar individual de uno de ellos por debajo de su opción externa. En este caso, los cónyuges intentan renegociar el contrato intrafamiliar o, si esto no es factible, unilateralmente cambian a su opción externa (divorcio unilateral).[5] Finalmente, en el modelo de ausencia de compromiso, los cónyuges no se comprometen a ningún plan y renegocian constantemente el reparto de recursos intrafamiliares.[6]

Demostramos que los shocks en el entorno económico de las familias afectan al comportamiento de los cónyuges de manera diferente en cada tipo de compromiso, con dichas diferencias manifestándose a través de cómo el poder de negociación intrafamiliar (el llamado peso de Pareto) evoluciona en el tiempo. En el modelo de compromiso total, los shocks, ya sean actuales o pasados, no afectan al peso de Pareto, que permanece constante a lo largo del tiempo. En el modelo de compromiso limitado, los shocks presentes pueden desencadenar una renegociación del plan actual, que depende asimismo de los shocks pasados. Por tanto, tanto shocks presentes como pasados determinan el peso de Pareto. Por el contrario, en el modelo de ausencia de compromiso, los shocks actuales cambian el peso de Pareto continuamente, independientemente de los shocks pasados.

Establecemos por tanto que el conjunto de variables que determinan el peso de Pareto en compromiso total está anidado dentro del conjunto que determina el peso en ausencia de compromiso, que a su vez está anidado dentro del conjunto de variables que determinan el peso de Pareto en el modelo de compromiso limitado. Este anidamiento, junto con una representación recursiva del comportamiento de los hogares a través de los modos de compromiso, y las restricciones de exclusión naturales de los shocks actuales e históricos, nos permiten desarrollar una prueba que identifica los tres modos de compromiso.

En concreto, la prueba se basa en la presencia de efectos de shocks actuales y pasados, así como en el signo de dichos efectos. Si volvemos a pensar en una transferencia de efectivo a las mujeres en el hogar, esta medida aumenta el control relativo de la mujer sobre los ingresos del hogar. En el modelo de compromiso limitado, el peso de Pareto de la mujer aumentaría, incrementando su tiempo de ocio y reduciendo su oferta laboral.[7] Como la renegociación también depende del bienestar de los cónyuges cuando ocurre el shock, que a su vez depende de los shocks pasados, el peso de Pareto tiene memoria. Es decir, la transferencia elevaría el ocio y reduciría la oferta laboral de la mujer hoy y de forma continuada en el tiempo, hasta que se diera una nueva renegociación desencadenada por otro shock. En el caso de ausencia de compromiso, el pasado es irrelevante por definición y, en consecuencia, la medida solamente tendría un efecto temporal (mientras dure), y al finalizar el peso de Pareto volvería a su situación anterior a la medida. Por último, como en el modelo de compromiso total el peso de Pareto queda totalmente fijado al inicio del matrimonio, este tipo de medidas no deberían tener ningún impacto en dicho peso.

Resultados empíricos: impacto dinámico de los shocks salariales en la oferta de trabajo de las familias

La prueba gira en torno a la presencia y el signo de los efectos de negociación que generan los shocks actuales y pasados en el entorno económico de la familia. La elección de los shocks es crucial, y estos deben de ser asignables a un cónyuge (es decir, un shock debe empoderar a un cónyuge) y ocurrir a lo largo de múltiples períodos de tiempo.

En consecuencia, elegimos los shocks salariales de los cónyuges, dado que son asignables y muestran una variación sustancial a lo largo del tiempo. Sin embargo, los shocks salariales pueden afectar al comportamiento familiar también a través de su efecto en la restricción presupuestaria, por lo que diferenciamos entre los efectos de negociación (a través del peso de Pareto) y convencionales efectos renta y sustitución.

Implementamos la prueba en una muestra de parejas del Panel Study of Income Dynamics de los EEUU durante el período 1999-2019. Nuestra variable de interés es la oferta laboral de cada uno de los cónyuges y, en concreto, como esta responde antes shocks salariales. Por lo tanto, nuestro principal ejercicio empírico puede verse como una investigación de los efectos de negociación dinámicos de los shocks salariales (actuales y pasados) en la oferta laboral familiar.

Los resultados rechazan los modelos de compromiso total y de ausencia de compromiso. Por el contrario, encontramos evidencia sólida en línea con las predicciones del modelo de compromiso limitado. En particular, los shocks salariales favorables para un cónyuge reducen su oferta laboral, e incrementan la del cónyuge, tanto cuando estudiamos los shocks presentes como los pasados. Estos efectos, que no pueden explicarse en base a efectos sustitución, renta, riqueza o efectos fiscales, son consistentes con los cambios de poder de negociación intrafamiliar (en el peso de Pareto) que postula el modelo de compromiso limitado.

No hay razón para creer que todas las parejas presenten el mismo grado de compromiso: algunas parejas pueden comprometerse totalmente, mientras que otras no. En ausencia de series temporales largas en la base de datos, analizamos la posible heterogeneidad entre hogares a través de la dependencia de los efectos de negociación en los niveles de salarios y horas pasadas, como predice teóricamente el modelo. Encontramos, como se muestra en la Figura 1, que muchas parejas exhiben compromiso total, mientras que otras exhiben compromiso limitado.

Figure 1: Partial effects of wage shocks on male and female labor supply

 

(a) Partial derivative of hours growth (time t) with respect to current wage shocks (time t)

(b) Partial derivative of hours growth (time t) with respect to immediately past wage shocks (time t-1)

(c) Partial derivative of hours growth (time t) with respect to older wage shocks (time t-2)

Figure notes: The figure plots the partial derivative of male (j, k =1) and female (j, k =2) hours growth with respect to male and female wage shocks τ={0,1,2} periods in the past (corresponding to {0,2,4} calendar years in the past), controlling for household wealth, household income, the partner’s earnings, consumption, taxes, and individual and household demographics consistent with the model. The partial derivatives are household specific, so each point on the graph represents one household in the sample. Points on the left of the zero line indicate that a given shock reduces one’s labor supply (as if the shock empowers the subject), while points on the right indicate that the shock increases their labor supply (as if the shock weakens their bargaining power).

Referencias

Armand, A., O. Attanasio, P. Carneiro, and V. Lechene (2020). The effect of gender-targeted conditional cash transfers on household expenditures: Evidence from a randomized experiment. Economic Journal 130(631), 1875–1897.

Beaudry, P. and J. DiNardo (1991). The effect of implicit contracts on the movement of wages over the business cycle: Evidence from micro data. Journal of Political Economy 99(4), 665-688.

Chiappori, P.-A. (1988). Rational household labor supply. Econometrica 56(1), 63-90.

Chiappori, P.-A. (1992). Collective labor supply and welfare. Journal of Political Economy 100(3), 437-467.

Chiappori, P.-A., M. C. Dias, and C. Meghir (2018). The marriage market, labor supply, and education choice. Journal of Political Economy 126 (S1), 26–72.

Kocherlakota, N. (1996). Implications of efficient risk sharing without commitment. Review of Economic Studies 63(4), 595-609.

Ligon, E., J. Thomas, and T. Worrall (2002). Informal insurance arrangements with limited commitment: Theory and evidence from village economies. Review of Economic Studies 69(1), 209-244.

Lise, J. and K. Yamada (2019). Household sharing and commitment: Evidence from panel data on individual expenditures and time use. Review of Economic Studies 86(5), 2184– 2219.

Mazzocco, M. (2007). Household intertemporal behaviour: A collective characterization and a test of commitment. Review of Economic Studies 74(3), 857-895.

Theloudis, A., J. Velilla, P.-A. Chiappori, J. I. Gimenez-Nadal, and J. A. Molina (2024). Commitment and the dynamics of household labor supply. Economic Journal, conditionally accepted.

Voena, A. (2015). Yours, mine, and ours: Do divorce laws affect the intertemporal behavior of married couples? American Economic Review 105 (8), 2295–2332.

[1] Armand et al. (2020).

[2] El trabajo sigue el modelo colectivo (Chiappori, 1988, 1992), proyectado sobre un horizonte de ciclo de vida. El artículo discute extensiones a contextos más ricos.

[3] Kocherlakota (1996), Beaudry and DiNardo (1991), Ligon et al. (2002).

[4] Chiappori et al. (2018).

[5] Lise and Yamada (2019).

[6] Voena (2015).

[7] En contraste, el peso del hombre disminuiría, reduciendo su ocio e incrementando su oferta laboral.

Leave A Comment