La estabilidad de los nuevos contratos indefinidos durante la crisis económica
INMACULADA CEBRIÁN LÓPEZ y GLORIA MORENO RAYMUNDO (2012) La estabilidad de los nuevos contratos indefinidos durante la crisis económica, ESTUDIOS DE ECONOMÍA APLICADA VOL.30-1: 183 –208.
Este artículo se centra en averiguar en qué medida, con la llegada de la crisis, se vio afectada la estabilidad de los contratos indefinidos iniciados en la época en la que este tipo de contratación tuvo su mayor tasa de crecimiento, 2005 y 2006.
Las diferentes reformas laborales puestas en marcha en España desde el año 1997 han tenido muy en cuenta los efectos negativos asociados a la finalización de una relación laboral y han tratado de buscar la estabilidad a través del fomento de la contratación indefinida. Sin embargo, los resultados conseguidos no han sido totalmente satisfactorios pues la temporalidad no se ha reducido en la medida que cabía esperar. La persistencia de la temporalidad y su resistencia a disminuir llevó a la idea de que no bastaba con la reducción de la brecha de costes entre los dos tipos de contratos para aumentar lo suficiente el volumen del número de contratos indefinidos vigentes. Desde esta perspectiva se plantea el objetivo de este trabajo para detectar en qué medida, los diferentes costes asociados a la contratación indefinida tienen alguna repercusión sobre los niveles de estabilidad. En concreto, se estudian las duraciones de los distintos tipos de contratos indefinidos, según los distintos costes de entrada y salida del empleo, controlando además por las causas que originan la baja del contrato.
Los datos que se utilizan en este estudio son el resultado de enlazar la Muestra Continua de Vidas Laborales con datos fiscales desde 2005 hasta 2009, explotada en su versión de panel, con el registro de contratos del Servicio Público de Empleo Estatal.
El artículo se estructura en una introducción seguida de tres apartados. En el primero se explica detalladamente la base de datos utilizada y el planteamiento general del trabajo. En el segundo apartado se presenta un análisis descriptivo de los diferentes colectivos que se van a analizar para pasar seguidamente a presentar la estimación de los modelos que explican la duración de los contratos indefinidos según sus características y causas de extinción, si es que ésta tiene lugar. El último apartado contiene las conclusiones del análisis.
Los modelos estimados muestran que la contratación indefinida que tuvo lugar en los años 2005 y 2006, sobre todo la generada al amparo de los programas que persiguen la reducción de costes reactivados en la reforma de 2006, muestra un volumen importante de inestabilidad, especialmente debida a despidos. Esta circunstancia puede explicarse tanto por la llegada de la crisis como por el hecho de una parte importante de estos contratos van a parar a puestos de trabajo más inestables, en sectores de baja productividad, como son los servicios tradicionales el comercio y la hostelería, así como la construcción, con niveles bajos de cualificación y para trabajadores con poca formación, que evidentemente suelen ser los más jóvenes, con menos tiempo en el sistema y sobre todo, varones.
Estas evidencias justifican que, a pesar de haber sido años en los que se produjo un aumento importante de la contratación indefinida, el stock de indefinidos no aumentara en igual proporción que los que entraban, por tratarse de contratos que duraban poco tiempo, de modo que las tasas relacionadas con la temporalidad prácticamente no se vieron modificadas.
Estos resultados podrían utilizarse como valoración de lo que puede ocurrir si en la economía española sólo existiese un tipo de relación contractual, cuyas condiciones fuesen variando según fuese ganando antigüedad la relación. Así, por un lado, las empresas tendrían menos inconvenientes en contratar a un trabajador ya que el coste de ponerlo a prueba sería reducido en los primeros meses de la relación, y dado que los costes ligados a la antigüedad serían reducidos, no encontrarían trabas ni para el inicio, ni para la ruptura de la relación. Ahora bien, de la misma manera, aquellas relaciones más inestables, ya fuese por la falta de ajuste entre el trabajador y el puesto de trabajo, o por las propias características del puesto de trabajo, también se verían absorbidas por este tipo de contrato único, de modo que se favorecería la ruptura de las relaciones contractuales menos justificadas. Estas circunstancias podrían llegar a aumentar tanto el número de contratos iniciados como el número de contratos terminados. Luego, no está garantizado ni el aumento de la estabilidad, ni la reducción de la rotación y, por tanto, tampoco la ruptura de la segmentación.
El texto completo está accesible aquí: http://www.revista-eea.net/documentos/30113.pdf